jueves, 24 de julio de 2014

                                                               

Los frenos de tambor  (fig. 1), que es un sistema bastante antiguo, y que comúnmente se usa en algunos coches para bajar costes y sólo en las ruedas traseras. Los autos más nuevos y de mayor tecnología lo están discontinuando. Este sistema funciona con un tambor (un cilindro ancho) que gira con la rueda. Al presionar el pedal se mueve un sistema de resortes que hacen que unos metales toquen al tambor, esto produce un gran roce que frena al coche.



El sistema ABS (Anti-lock Brake System o sistema antibloqueo de frenos) funciona con un ordenador que recibe la señal del pedal de freno, y los sensores en las ruedas. Entonces, cuando uno presiona el pedal de freno el ordenador revisa constantemente los sensores de las ruedas y verifica que no esten bloqueadas, si una de las ruedas llegase a bloquearse el ordenador libera presión del freno de esa rueda e impide que continue bloqueandose. Esa es la razón de  que cuando uno ve a un coche con ABS frenando con todo las ruedas tienden a bloquear y desbloquear constantemente (eso sí es casi imperceptible). Gracias al ABS es posible doblar frenando sin que el coche tienda a seguir derecho. El ABS también permite que funcione el sitema antiderrape, ya que cuando otros sensores especializados detectan que el coche está derrapando, aplica, a través del ABS, los frenos en las ruedas necesarias.
Los frenos de disco (fig. 2) funcionan con un disco (de ahí su nombre). Al disco lo envuelven, en una pequeña parte, las pastillas (normalmente dos) que son las que rozan al disco. Estas son movidas por una serie de pistones que se mueven con la presión del líquido de frenos. El disco, en los coches de calle, son de acero (en los de carrera son de fibra de carbono). Este sistema es más eficiente que el anterior, además algunos discos son autoventilados (se enfrian mientras giran). Este sistema de frenos es el que, mayormente, permite la existencia del sitema ABS.

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